INTRODUCCIÓN

Según French (1970), desde tiempos inmemoriales el ganado caprino ha participado en la sobrevivencia de la especie humana, -pues se ha reconocido y utilizado la gran capacidad de estos animales para producir alimentos en zonas inapropiadas para sostener a ganado mayor, como es el caso de zonas áridas o agrícolas marginales. Por ello es que San José de Maipo cuenta con uno de los mayores núcleos poblacionales de esta especie animal en la Región Metropolitana. No obstante, su importancia es marginal en relación a la masa caprina nacional (INE, 1983; Núñez, 1983).

Los criadores caprinos de San José de Maipo constituyen uno de los sectores de mayor marginalidad e incluso de extrema pobreza del país. No sólo por su aislamiento geográfico -al ocupar terrenos de bajo valor agrícola y alejados de los centros de producción-, sino por una marginalidad y pobreza material y social, ambas coexistiendo entrelazadamente (Lewis,1972; INPROA, 1979).

Los antecedentes que se entregan más adelante son producto de un estudio que tuvo por objetivo realizar un primer análisis sociocultural y económico productivo de la comunidad de cria-dores caprinos de San José de Maipo; constituyendo un primer acercamiento a este sector de economías campesinas. La aproximación bajo estos dos enfoques fue necesaria a fin de presentar la exacta realidad en la que está sumergida esta comunidad y que es necesaria para formular las primeras bases alternativas de solución que permitan elevar su nivel de vida.

MATERIAL Y MÉTODOS

El estudio fue realizado con todos los criadores de ganado caprino (37 explotaciones) –integrados a la Comuna de San José de Maipo, Región Metropolitana– durante los tres primeros meses de 1985.

El método empleado con el fin de obtener el mayor número de datos relevantes fue el de la Encuesta Social, la que se aplicó directamente al Jefe de Hogar o productor en forma individual en su lugar de trabajo.

Entre los diversos tipos de encuestas existentes, se escogió la entrevista con cuestionario preformulado como forma de recolección de datos, utilizando preguntas de carácter abierto y cerrado con el fin de obtener los datos más relevantes de cada núcleo familiar. El cuestionario fue llenado por los propios investigadores que realizaron las entrevistas (Goode y Hatt, 1970).

RESULTADOS Y ANÁLISIS

La Comuna de San José de Maipo, lugar donde se realizó el estudio, es una zona que forma parte del sistema montañoso de la Cordillera de los Andes ubicada en el área sur este de la Región Metropolitana; su origen se sitúa en la explotación de la primera mina de plata descubierta en sus alrededores en la época colonial (Montaldo,1942). La zona se encuentra cruzada por el río Maipo y sus afluentes y está dividida en diversas localidades que conforman la fuente vital de las explotaciones caprinas existentes en la Comuna. Durante seis meses del año, estos sectores permanecen cubiertos de nieve, pero a fines de primavera ó comienzos del verano, con el advenimiento de los grandes deshielos, la línea de nieves inicia su retiro y en su lugar brotan pastizales, donde de preferencia se alimentan los rebaños caprinos.

Los campesinos que crían animales en esta zona, viven una existencia más bien nómade, buscando pastizales donde alimentar su ganado; para cobijarse utilizan las rústicas cabañas construidas en estaciones anteriores o bajo el techo de alguna gruta natural; así viven durante tres o cuatro meses, hasta el inicio de los meses fríos y caída de las primeras nieves, conduciendo nuevamente su ganado a sectores más bajos donde logran el alimento necesario para ellos y sus animales (Mc Bride y Mc Cutchen, 1970).

La explotación caprina se efectúa bajo condiciones tradicionales de rusticidad, manejo y producción, en ambientes inhóspitos por la topografía y el clima, sin las condiciones mínimas de comodidad, pero cumpliendo funciones económicas para la población radicada en esos lugares.

Un 27% de los actuales criadores se mantienen en esta actividad producto de un legado herencial de sus padres y abuelos. El resto de los criadores provienen de diversos sectores laborales, en su mayoría, de centros mineros que poco a poco han disminuido en la zona, con lo cual algunos han derivado su actividad productiva hacia la crianza caprina. De esta manera un grupo de campesinos de diverso origen -mineros, vaqueanos, comerciantes, etc—, y que debido al prolongado tiempo que llevan en esta actividad, han tendido a homogenizarse en término sociales y de estilo de vida.

El productor y su familia

El núcleo familiar se encuentra constituido generalmente por el productor, su cónyuge y los hijos; y solamente en ciertos casos aislados se agregan a este núcleo primario, parientes cercanos, allegados (personas con alguna relación de amistad con el productor o su familia, que permanece por períodos variables de tiempo con ellos, generalmente sin parientes en la zona, y que colaboran en los trabajos del predio a cambio de alojamiento, comida y amistad), socios y asalariados, éstos últimos corresponden a personas contratadas por el productor para que realicen ciertas faenas en el predio.

Es así como se evidencia una estructura netamente familiar, constatando que un 89% de los productores han contraído matrimonio en algún momento de su vida, encontrándose en la actualidad un 73% que mantienen sus lazos matrimoniales, un 10,8% que se han separado por causas diversas y un 8,1 % de viudez.

Existen 37 explotaciones de ganado caprino, dirigidas por igual número de productores. En su mayoría corresponden a explotaciones de carácter familiar, en las que intervienen aproximadamente 159 personas como población permanente. La población activa, potencialmente capacitada para emplear su fuerza de trabajo, es de 120 personas, ocupándose un 86,7% de ella en trabajo productivo útil para la mantención y subsistencia del núcleo familiar.

La población pasiva alcanza a un 34,6% de la población total, compuesta fundamentalmente por menores de edad (15 años o menos) y por mujeres mayores de 65 años dedicadas a colaborar en las labores hogareñas. Sólo en ciertos casos específicos esta mano de obra inactiva se transforma en activa, especialmente cuando las exigencias de la explotación familiar aumentan, situación en la cual las mujeres y los niños colaboran en las labores de crianza, mantención de otros animales productivos, cuidado del huerto, etc. Esta realidad se observa en muchas familias, sobre todo en los meses de verano cuando la producción de leche alcanza su máximo. Por lo tanto, el núcleo central de producción se encuentra constituido por la familia, siendo ella la que en conjunto realiza las labores que demanda la crianza de ganado caprino y otras tareas colaterales, por lo que se puede definir este tipo de explotación caprina como netamente familiar, ya que prácticamente es toda la familia la que participa en las labores de crianza animal, cumpliendo cada uno de ellos, tareas específicas dentro de la explotación (cuidado de los animales, arreo, elaboración de quesos, ordeña, etc).

En un 59,5% de los casos, solo el productor es quien se encarga de la crianza, no obstante en múltiples ocasiones (40,5%), la mujer y los niños menores de edad participan activa y permanentemente de las labores productivas reseñadas. En relación con el manejo y elaboración de quesos para su posterior venta y/o autoconsumo, la intervención de todo el núcleo familiar alcanza a un 45,9%. En un 24,9% de los casos es exclusivamente la mujer quien se encarga de la elaboración de quesos.

Es importante destacar además la participación de los niños menores de edad en las tareas productivas, por ejemplo colaboración en el arreo y guarda de los animales en producción.

En algunas explotaciones, además de las labores propias de la crianza caprina, existe la posibilidad de desarrollar huertos con diversas especies vegetales, fundamentalmente orientadas al autoconsumo familiar (35,2% de las explotaciones cuentan con uno). En ciertos estudios se ha llegado a la conclusión de que esta actividad forma parte del trabajo doméstico propio de la mujer (Lagos y Olavarría,1981). En la comunidad estudiada en un 61,5% de los casos es el hombre quien desarrolla esta labor individualmente, y sólo en un 38,5% de las veces existe una participación activa de la mujer, la que se torna plena y exclusiva al interior de la unidad productiva, a través del cuidado y mantención de aves y cerdos (en 25 familias se manejan aves, y cerdos) y cuyo objetivo principal es producir alimentos para el consumo familiar.

Así entonces se aprecia una colaboración permanente de la mayoría de los integrantes de la familia, en aquellas labores de carácter exclusivamente domésticos.

Integración social y educación

La situación de aislamiento geográfico de esta comunidad, conduce a que las relaciones sociales con los centros urbanos sean esporádicas en el tiempo y sólo en función de necesidades impostergables como la adquisición de alimentos para el sustento familiar (una vez por mes). El interés por acercarse a los centros poblados es mínimo, no les agrada mantenerse por largo tiempo fuera de sus lugares de crianza, y la vida de la ciudad no les resulta atractiva.

A pesar de esto, el grado de conocimiento que tienen respecto del acontecer nacional es elevado, observándose que un 94,6% de los criadores cuentan con un receptor radial, transformándose éste en la primera fuente de entretención e información.

En cuanto a integración a organismos sociales, se observa que el grado de participación en ellos es marginal (29,7% de ellos). Al resto o no les interesa participar o no tienen la posibilidad de hacerlo por no existir este tipo de organización en la zona, con lo cual se fortalece el alto grado de aislamiento en que se encuentra este sector campesino.

En los productores, se constató un bajo nivel de educación, un 24,3% señaló no haber asistido nunca a una escuela y un 62,2% sólo realizó estudios de carácter incompleto a nivel de Enseñanza Básica, observándose analfabetismo por desuso u olvido en un alto número de casos. Esta situación se repite con la cónyuge del productor, pero en el caso de los hijos es claramente diferente, los padres se preocupan de que asistan a la escuela para recibir instrucción básica o media (86,2% de los padres envían a sus hijos a la escuela). Por tanto se aprecia así, un nítido interés de los padres por la educación de sus hijos para que tengan la oportunidad de acceder a mejores expectativas de vida que las propias.

Desde un punto de vista organizacional, el área carece de estructuras formales que agrupen a los campesinos que en ella viven y trabajan. El 86,5% de los criadores nunca han participado en agrupaciones campesinas; pero a pesar de esta falta de experiencia, un 67,5% del total de ellos manifestó inquietud por participar en alguna estructura que logre agruparlos. Es necesario destacar que a pesar de este interés, ninguno cree que su organización pueda ser desarrollada sin contar con un fuerte apoyo externo (estatal u organismos privados alternativos).

En relación a la utilidad práctica de organizarse, sus respuestas abordaron diversos tópicos, apreciándose un mayor consenso en cuanto a:

1) Lograr apoyo estatal y asistencia técnica, dirigidas básicamente al logro de créditos para invertir en la explotación y ayuda para el control de las enfermedades más frecuentes y de alta incidencia en la zona. 2) Mejorar la comercialización de sus productos –queso y carne–. 3) Aumentar los niveles de conocimientos en cuanto al manejo del ganado, a fin de lograr un incremento en la producción. 4) Enfrentar en conjunto el problema del elevado costo de talaje impuesto por los propietarios, pensando que al ejercer una presión conjunta, estos dueños de la tierra rebajarían los actuales cánones de arrendamiento.

Estos son los puntos prioritarios por los cuales los campesinos estarían dispuestos a trabajar en conjunto en alguna cooperativa que los agrupe.

La Comuna de San José de Maipo es una zona que presenta una gran concentración de la propiedad de la tierra, de modo que en aquellos lugares donde se efectúan las veranadas, un 86,5% de los rebaños pastan en terrenos que pertenecen a grandes propietarios. A su vez, durante la invernada, por la transhumancia, un 92% de los productores mantienen sus animales en terrenos ajenos, de ellos, un 65% pagan talaje y el 27% restante los mantiene en mediería con propietarios de la tierra.

La Transhumancia

La 'transhumancia', es el movimiento territorial del productor en determinadas épocas del año con su núcleo familiar –en ciertos casos–, sus enseres y ganado, en busca de mejores lugares de pastoreo; es una práctica que realizan 24 explotaciones caprinas (64,9% del total). Constituye una actitud muy difundida, debido a las características climáticas existentes en la zona colindantes a San José de Maipo y a las variaciones en las disponibilidades de alimentos para el ganado; dependiendo de la época del año la transhumancia se denomina veranada o invernada. Durante los meses en que acontece la veranada, los transhumantes se movilizan hacia el interior de la cordillera, aprovechando el crecimiento y desarrollo de los pastos y arbustos naturales. En cambio la invernada se realiza con la llegada de las lluvias, momento en que los productores con sus animales descienden a lugares más protegidos donde alimentar su ganado; cada temporada ocupa seis meses del año aproximadamente.

La diferencia entre las familias que realizan la transhumancia de aquellas que no lo hacen, reside principalmente en dos aspectos:

a) Imposibilidad de las familias transhumantes de sentirse ligadas y pertenecientes a un sector geográfico determinado, por la incertidumbre que tienen de volver a ocupar el mismo lugar en la temporada siguiente. Este desarraigo obstaculiza la mantención de relaciones sociales estables con el resto de la comunidad, desarrollando en el criador conductas más bien individualistas. b) El segundo hecho diferenciador reside en et tipo de vivienda que ocupan en cada temporada, éstas son inestables, estrechas, de construcción ligera, poco acogedora, de carácter temporal y en cuyo interior se presenta un gran hacinamiento.

Situación productiva

Los rebaños: la población total caprina en la zona alcanzó a los 6.945 animales al momento de la encuesta (6.821 hembras). Los tamaños de las majadas varían entre 55 y 588 caprinos por productor. Observándose que un 30% de los criadores, poseen alrededor del 50% de la masa ganadera con rebaños de 200 a 600 caprinos y un 52% mantienen un 16% del total de la masa, con rebaños pequeños con menos de 130 cabezas, los que por su baja productividad no constituyen unidades económicas productivas suficientes para mantener una familia. Además del ganado caprino los cabreros mantienen otros animales productivos como crianza secundaria: Equinos (160 repartidos en el 83,3% de las explotaciones), Bovinos (174 cabezas, en el 45,9% de las explotaciones), Ovinos (227 animales en el 37,8% de las explotaciones). Porcinos, Mulares y Aves en menor cantidad.

Todos estos animales contribuyen a la mantención y sobrevivencia del núcleo familiar, cumpliendo funciones tales como:

a) Apoyo a labores de crianza caprina (Equino, Mular). b) Fuente directa de ingresos monetarios (Equino, Mular) a través de su arrendamiento. c) Capital de reserva (todos salvo las aves). d) Aporte a la dieta familiar a través del autoconsumo (Bovinos, Porcinos, Ovinos, Aves, Caprinos).

Un 86,5% de las familias son propietarios de los rebaños y el 13,5% restante realiza una tenencia mixta, es decir, manejan animales propios y ajenos.

Como era de esperar en este tipo de explotaciones, el 80% como mínimo del ganado es criollo y manejado de manera extensiva, con pastoreo libre y una ordeña diaria.

Las condiciones sanitarias del ganado caprino son altamente deficientes, con alta frecuencia de parasitismo (distomatosis) y enfermedades reproductivas, especialmente las retenciones placentarias.

Los antecedentes reproductivos son los siguientes: Tasa de Preñez = 85,7%, Tasa de Parición = 88,1 %, Tasa de Fecundidad = 142%; existe una población total de 4.971 hembras aptas para la reproducción.

En relación a las causas más comunes de mortalidad prenatal, las condiciones climáticas de la zona revisten la mayor importancia, ya que se traduce en bajas temperaturas, fuerte viento, grandes lluvias y nevadas en la época de invierno y primavera, condiciones que afectan a las hembras en su gestación.

Producción lechera: dura los cuatro meses de la veranada, obteniéndose en promedio 0,56 Its. por hembra al día; en aquellos meses de mayor producción (enero y febrero), estos niveles decaen rápidamente y es así como en abril–mayo se alcanza un promedio de 0,25 Its. por hembra al día.

La leche puede tener dos destinos, el principal es su transformación en quesos, seguido por el autoconsumo familiar.

La producción quesera es sin duda la principal fuente de ingresos monetarios, junto con la comercialización de cabritos. La venta directa al consumidor (mineros y turistas), es la forma de comercialización más difundida de estos productos, siguiendo en importancia la indirecta a través de intermediarios y otras formas mixtas.

En términos de mediana poblacional, el 74,8% de los ingresos obtenidos por el total de familias a lo largo del año, provienen de la venta de productos de la crianza caprina (US$ 20.810[1]), un 30% corresponde a la venta de crías de temporada y un 70% a la venta de quesos y marginalmente leche. En 31 núcleos familiares, un 40,4% del ingreso se destina al pago de talaje, resultando muy alto su costo. El ingreso Neto aproximado, como mediana poblacional, alcanza a los US$ 562 año/ familia.

CONCLUSIONES

Estas economías campesinas representan una realidad específica de la Comuna de San José de Maipo, aportando a un sector de su población alimentos de buena calidad nutritiva. La crianza caprina es la posibilidad de sobrevivencia de un número significativo de campesinos que no tienen otra forma de subsistencia precisa, ya que la cabra es la especie de mayor y mejor acondicionamiento para aprovechar al máximo el tipo de terreno y vegetación que se desarrolló en la zona.

La forma de crianza es extensiva además de artesanal, por lo que la producción lechera, las tasas de fecundidad y natalidad y la salud animal son deficientes. En general el mejoramiento sanitario y productivo de la especie caprina podrán ser superados sólo por la voluntad de los propios criadores, necesitando para ello un apoyo externo suficiente y sostenido. Estos campesinos se encuentran dispuestos a escuchar propuestas que tiendan a mejorar su actual situación, no son de por sí refractarios a la innovación tecnológica, pero si exigen conocer en el terreno las posibles ventajas de los nuevos sistemas de producción. Esto se manifiesta además en la voluntad compartida de participar en cursos de capacitación y en la creación de una cooperativa campesina.

Los niveles de marginalidad y extrema pobreza son alarmantes, necesitándose a la mayor brevedad la formulación de políticas efectivas de desarrollo para este sector campesino, para lo cual deben estudiarse las estrategias más viables que permitan mejorar su calidad de vida.

La situación descrita conduce a la imperiosa necesidad de profundizar los estudios de carácter interdisciplinarios, que en un futuro próximo permitan elaborar políticas de desarrollo local que conduzcan efectivamente a la superación de los actuales niveles de vida de este sector campesino.

BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA

1.

FRENCH, M.H. (1970): Observaciones sobre las cabras. 2a impresión FAO, Estudios agropecuarios N° 80, Roma.

2.

GOODE, J.W.; HATT, K.P. (1970). Métodos de investigación social. Ed. Trillas México, D.F. 469 p.

3.

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (1983). Compendio estadístico Stgo., pp. 155-157.

4.

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5.

LAGOS, M.S.; OLAVARRIA, C. (1981). Participación de la mujer en las economías campesinas: Un estudio de casos en dos comunas frutícolas GIA, Stgo. p. 80.

6.

LEWIS, O. (1972). La cultura de la pobreza. Anagrama Serie Sociología y Antropología. Barcelona. pp. 7-30.

7.

Mc. BRIDE, J.; Mc. CUTCHEN, G. (1970). Chile su tierra y su gente ICIRA. Stgo. 280 p.

8.

MONTALDO, C. (1942). Itinerario maipino. Crónica de la Villa de Puente Alto y del Cajón del Maipo, 160 p.

9.

NUÑEZ, F. (1984). Estudio sobre la salud animal caprina en las comunidades de Calquindaño y Yerba Loca. Canela Baja IV Región. Informe Sub-Comité MAB-3. UNESCO. Stgo.

  Parte de una Tesis de Grado realizada en la Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Chile
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1 US$ = $ 200