La Peritonitis Infecciosa Felina (P.I.F.) ha llegado a constituir una de las infecciones más importantes de los felinos tanto domésticos como exóticos.

Estudios serológicos han demostrado la distribución mundial de esta patología, confirmada o sospechada en 24 países de cinco continentes (Pedersen, 1983). En nuestro país la enfermedad no ha sido descrita anteriormente a pesar de sospechar su existencia.

En estudios serológicos realizados en USA se demostró que la enfermedad tiene una alta prevalencia, pues el 41 % de las muestras de gatos tomadas al azar tenían títulos de 1:25 a 1:400. Cuando las muestras se obtuvieron de gatos provenientes de lugares en que existía la enfermedad el 94% fue positivo con títulos de 1:25 a 1:6400 (Roudebush, 1981).

Esto nos hace pensar que debemos reexaminar el clásico concepto que se trataría de una enfermedad infecciosa letal esporádica y debemos plantearnos una nueva definición de la P.I.F. como una enfermedad crónica y progresiva de los felinos domésticos y exóticos con gran morbilidad y baja mortalidad. Esta afección fue descrita por primera vez en USA en 1963 en el Angel Memorial Animal Hospital de Boston (Hotzworth). Su actual denominación fue adoptada en 1966 por los patólogos Wolfe y Griesemer quienes establecieron la naturaleza infecciosa de la enfermedad llamándola Peritonitis Infecciosa Felina.

La P.I.F. es producida por un Coronavirus y se presenta principalmente en animales jóvenes aún cuando son susceptibles los gatos de cualquier edad. El mayor número de casos se encuentra entre los 6 meses y los 3 años con una declinación en la incidencia a partir de los 5 años pero, sobre los 13 años, se vuelve a observar un aumento de la casuística. Ambos sexos son afectados por igual, pareciendo existir alguna predisposición racial a presentar la enfermedad (raza siamesa, angora) (Barlough, 1984).

FORMAS CLÍNICAS DE P.I.F.

Se han reconocido 3 formas de presentación de esta enfermedad:

A. Peritonitis Infecciosa Felina Efusiva, caracterizada por serositis fibrinosa y por efusión piogranulomatosa abdominal o torácica. B. Peritonitis Infecciosa Felina no Efusiva, caracterizada por marcadas lesiones piogranuloma-tosas en órganos parenquimatosos, S.N.C. y ojos. C. Combinación de las dos formas anteriores.

PERITONITIS INFECCIOSA FELINA EFUSIVA

Es la forma clínica más fulminante de la enfermedad, con un tiempo de sobrevida considerablemente más corto que en la forma no efusiva.

La enfermedad se inicia con signos inespecíficos: fiebre crónica resistente a los antibióticos, anorexia, decaimiento y pérdida de peso progresiva.

A menudo hay pérdidas de las membranas mucosas y, en casos severos, ictericia debida a compromiso hepático. Ocasionalmente se observan alteraciones digestivas: diarrea o constipación.

Se instaura una distensión abdominal progresiva como consecuencia de la acumulación de exudado piogranulomatoso en la cavidad peritonea siendo variable el volumen del líquido. En los casos crónicos puede colectarse 1 litro o más.

El líquido peritoneal pleural es de color amarillo pálido o puede ser ligeramente opaco y viscoso. Después de agitarlo se desarrolla una espuma reflejando, probablemente, el gran contenido proteico. La muestra de fluido puede coagular después de su contacto con el aire.

La Peritonitis Infecciosa Felina no Efusiva presenta la misma sintomatología clínica que la forma efusiva, pero sin la presencia de líquido en abdomen y tórax, lo que dificulta aún más el diagnóstico.

Lesiones

El peritoneo visceral y parietal está cubierto por un exudado fibrinoso de color blanco en forma de placas difusas o multifocales. En los casos crónicos pueden desarrollarse adherencias fibrinosas entre las vísceras abdominales.

El exudado de las superficies serosas está compuesto principalmente por fibrina con restos nucleares, neutrófilos, histiocitos, linfocitos y fibroblastos.

Diagnóstico

El indicador diagnóstico más seguro para la P.I.F. efusiva es el análisis del líquido peritoneal. Este líquido es de color amarillo pálido y contiene proteínas con valores de más de 3 g/dl. La densidad normal fluctúa entre 1017 y 1047 con valor medio de 1030.

El test de anticuerpos para P.I.F. puede ayudar al diagnóstico, pero un resultado positivo no significa necesariamente que el gasto esté albergando al virus pues sólo indicaría que alguna vez fue infectado por el virus de la P.I.F. y por lo cual no es aconsejable usar esta prueba como único medio diagnóstico.

Es importante recordar que la biopsia es el único examen que permite reconocer definitivamente la P.I.F. en el animal vivo. La laparotomía exploratoria para obtener muestras para biopsia de los tejidos afectados (hígado, bazo, ganglios mesentéricos) es el método de elección, ya que la biopsia por aguja percutánea no es conveniente por el estado de los órganos internos y la posibilidad de una hemorragia seria.

Una necropsia completa con una evaluación histopatológica permitirá un diagnóstico definitivo post mortem.

Hemograma

El hemograma de los gatos con PIF indica una respuesta al stress muy característico. Puede existir anemia ligera o moderada y leucocitosis atribuida a un porcentaje aumentado de neutrófilos (ocasionalmente con desviación a la izquierda); sin embargo, el cambio más característico en el hemograma es una marcada linfopenia.

La determinación de las proteínas totales del plasma es de gran valor pues el 50 a 70% de los casos de P.I.F. tienen un valor mayor de 7,8 g/dl.

El compromiso marcado del hígado puede producir hiperbilirrubinemia y elevación marcada de la S.G.P.T.

Tratamiento

El régimen terapéutico para pacientes seleccionados de P.I.F. significa contar con el uso de agentes inmunosupresores para reducir la respuesta inflamatoria. Desgraciadamente, rara vez se observan remisiones largas pues la infección no se elimina totalmente, por lo cual, dado el mal pronóstico de estos casos, es difícil intentar un tratamiento una vez confirmada la enfermedad debiéndose remitir a la terapia sintomática.

CASO CLÍNICO DE P.I.F.

A fines de noviembre de 1985 fue llevado a la Clínica de Especies Menores de la Facultad de Ciencias Veterinarias un gato siamés, macho de 2,5 años de edad, que presentaba decaimiento, fiebre (39,6°C), pérdida progresiva de peso, aumento de volumen abdominal y palidez de las mucosas. Se solicitó una radiografía de abdomen y exámenes de laboratorio. El estudio radiográfico confirmó la presencia de ascitis, citándose al enfermo en un plazo de 48 horas para evaluar su evolución posterior, indicándose el uso de antibióticos y suero glucosalino.

Luego de 48 horas, las condiciones generales del animal eran mejores pero se mantenía la anorexia. Una semana más tarde el paciente fue citado nuevamente a la consulta solicitándose una laparotomía exploratoria y nuevos exámenes de laboratorio.

Los hallazgos quirúrgicos post laparotomía fueron los siguientes: abundante cantidad de líquido viscoso en región abdominal, ligeramente opaco, espumoso y que coagulaba expuesto al aire. El bazo, hígado y riñones presentaban adherencia y abundante puntillado blanco (lesiones piogranulomatosas). Se extrajeron 700 ml de líquido peritoneal el cual fue enviado junto a otros exámenes al Laboratorio Clínico de la Facultad.

El resultado del laboratorio del líquido abdominal indicó lo siguiente:

Líquido Ascítico

Examen Físico
- Aspecto : Transparente
- Color : Amarillo con flóculos rosados
- Densidad : 1.028
- Coagula : Presencia de coágulos
Examen Químico
- Proteína : 6,4 gr/dl
- Albúmina : 1,8 gr/dl
- Globulina : 4,6 gr/dl
Examen Citológico
- Células nucleadas/ul : 650
- neutrófilos :25%
- mononucleares : 52%
- cél. mesoteliales : 28%

El Hemograma indicó: Hemolisis. Serie Roja: Anemia franca, sin respuesta medular. Serie Blanca: Leucopenia, neutropenia, linfopenia. Morfología: Plaquetas escasas Examen de orina señaló solamente presencia de sangre oculta.

Los otros exámenes fueron los siguientes:

SGPT

: 43 U/L

Nitrógeno ureico

: 38,7 mg/dl

Proteína sérica

: 8,5 gr/dl

Albúmina

:1,7 gr/dl

Luego de la laparotomía exploratoria, que permitió confirmar la presencia de la enfermedad en este caso, el paciente fue controlado por alrededor de 15 días hasta su muerte siendo imposible obtener el cadáver para la necropsia.

Basados en la historia clínica, los exámenes de laboratorio y los hallazgos de la laparotomía exploratoria podemos confirmar un caso de P.I.F., aún en ausencia de aislamiento del virus en nuestro país, y que esperamos estimule a los clínicos de la especialidad para la detección de nuevos enfermos y de este modo progresar en los métodos diagnósticos de esta patología en Chile.

BIBLIOGRAFÍA

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COTTER, S.M.; GILLMORE, C.E. (1983) Multiple cases of Feline Leukemia and Feline Infectious Peritonitis in a Household. J.A.V.M.A. 162: 1054-1058.

HARDY, W.D. (1971) Feline Infectious Peritonitis. J.A.V.M.A. 158: 9941002.

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PEDERSEN, N.C. Feline Infectious Peritonitis and feline enteric coronavirus infections. (1983). Feline Pract. 13(4): 13-19.

ROUDEBUSH, P. Feline Infectious Peritonitis and old disease, newly defined. (1981). Norden News Vol. 56 N° 3. 16-21.