RESUMEN

Se describe un caso de mal de cruz en un potro chileno (fístula of the Withers) que presentaba una fistula atípica en la zona lumbar alta. Se realizó el examen clínico y radiológico, además de los exámenes de laboratorio correspondientes. Se analizó finalmente las posibilidades de tratamiento.

INTRODUCCIÓN

Existen varias teorías, según los diferentes autores, que tratan de explicar las causas del mal de cruz. En la actualidad es generalmente aceptado que los traumas o injurias mecánicas ejercen un factor importante y que predisponen a la enfermedad (Manual Merck, 1973).

En esta patología se encuentran afectadas primariamente las bolsas supraespinosas que se hayan sobre la 3ª y 4ª vértebra torácica (pudiendo ser también la o la 2a en menor proporción) y la zona de la porción funicular del ligamento cervical localizado sobre estas bursas (Frank, 1964). El trauma en esta región provoca una inflamación de las bursas supraespinosas, pudiendo haber o no ruptura de ellas, según sea la protección que posean; posteriormente se produce contaminación secundaria y la afección puede extenderse hasta el ligamento cervical. Algunos autores indican que para que exista contaminación secundaria es necesario que previamente se rompan las bolsas supraespinosas a consecuencia de la bursitis traumática, o que, hayan sido abiertas quirúrgicamente, después de lo cual podría ocurrir la contaminación y llevan así la afección hasta el ligamento cervical (Frank, 1964).

La producción de pus en la zona conduce posteriormente a la característica 'fístula de la cruz' que se localiza en la mayoría de los casos dorsal o lateralmente a la región de la cruz.

Numerosos agentes son descritos en la literatura como contaminantes secundarios, e incluso, como agentes primarios (teoría infecciosa) (Manual Merck, 1973). Gérmenes como Brucella abortus o B. melitensis, han sido aislados a partir de secreción de la. fístula de la cruz. Se ha observado un alto porcentaje (alrededor del 50%) de positividad al test de aglutinación de Brucelosis en animales con mal de cruz (Anderson, 1977).

Inoculaciones experimentales de cultivo de Brucela no han reproducido la enfermedad (mal de cruz); lo mismo ocurre con cultivos de Actinomyces bovis, otro de los gérmenes mencionados por la literatura como posible agente causal; sin embargo, inoculaciones de cultivos de Brucela y Actinomyces simultáneamente en las bolsas supraespinosas producen un típico cuadro de bursitis, haciendo el cuadro de mal de cruz. Se ha observado, en ocasiones, que el ganado vacuno de un predio es afectado simultáneamente por brucelosis y actinomicosis produciéndose la aparición del mal de cruz en los equinos del predio.

Algunos autores atribuyen importancia etiológica al parásito Onchocerca cervicalis, no descrito en Chile, cuyas formas adultas de 27 a 75 mm de longitud y de aspecto filariformes pueden encontrarse en el ligamento cervical y ocasionalmente en lesiones cutáneas de aspecto nodular (Frank, 1964). Se ha descrito que esta afección puede extenderse desde el ligamento cervical hasta las apófisis espinosas de las vertebras torácicas provocando necrosis en ellas.

HISTORIA CLÍNICA

El caso corresponde a un potro chileno corralero inscrito, de 7 años de edad, que había sido domado y adiestrado a los 2 años, presentando ya en esa época una fístula en la zona dorsal de la columna a la altura de la escápula con eliminación de exudado purulento.

La fístula cerró sin tratamiento, pero reapareció en varias oportunidades, volviendo a sanar espontáneamente cuando el potro era dejado de ensillar, por un tiempo.

A los 7 años de edad fue traído a la Clínica de Animales Mayores de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, a causa de una inflamación en la zona dorsal, la cual se acentuaba cada vez que el animal era montado.

Al examen clínico se constató sensibilidad de la zona y presencia de un nódulo fibroso; se observó también gran sensibilidad y calor en la región de la cruz, sin aumento de volumen; además de la presencia de numerosos y pequeños nódulos fibrosos.

El pre diagnóstico de mal de cruz fue ratificado con la obtención de una radiografía en proyección latero-lateral de la zona de la cruz. Ella mostró signos de irregularidad a nivel de cartílagos y zonas óseas terminales de las apófisis espinosas de las primeras vértebras dorsales. Se observó además zonas de proliferación o exostosis con pequeños depósitos irregulares de calcio asociado a zonas de reabsorción ósea de contornos irregulares con focos de osteolisis y necrosis ósea especialmente en la parte distal de estas apófisis (ver fotografía).

El potro resultó negativo a la prueba de aglutinación de Huddellson.

El resultado de dos hemogramas completos realizados con 6 días de intervalo no fue de significación' diagnóstica. La determinación de la enzima Glutámica (SGOT) mostró una elevación de 25 unidades Reitman-Fraubel/ ml sobre el valor normal (121-195 u/ml).

DISCUSIÓN

Las alteraciones radiográficas e irregularidades de las estructuras citadas, se explican por lo avanzado y crónico del proceso, así como la fístula de la zona lumbar debido a la caída, por gravedad, de material purulento producido en la cruz.

El pronóstico, por la gravedad de la lesión, así como por lo crónico del proceso, es definitivamente desfavorable, más aún si se piensa que el animal es utilizado para la silla.

TRATAMIENTO

El tratamiento de esta afección depende del tamaño, de la lesión, de las alteraciones óseas presentes y de la duración de la enfermedad.

En los casos agudos se puede intentar la aplicación de bolsas de hielo en la región como así también agentes antiinflamatorios durante algunos días. En casos más crónicos podría intentarse la inyección de Lugol endovenoso y la aplicación de pomadas causticas en la zona atectada, para provocar una reagudización del proceso, para efectuar posteriormente alguna técnica quirúrgica. Se debe remover quirúrgicamente la bursa afectada y luego tratar la condición como una herida abierta. En casos más severos; cuando está comprometido el tejido óseo, se debe proceder a extirpar los procesos espinosos afectados y el caballo debe permanecer en reposo por 6 o más meses. Como parte del tratamiento el animal debe recibir la vacuna cepa 19, en 3 dosis con 2 semanas de intervalo.

BIBLIOGRAFÍA

ANDERSON, W. L. (1977). 'Veterinary Treatments and Medications' Equine Research Publ. Texas. Vol. 1 : 296-297.

ARCHIBALD, J. (1973). 'The Merck Veterinary Manual'. Fourth Edition. Merck & Co. Inc. : 551-553.

BLOOD, D. C. and HENDERSON, F. A. (1976). 'Veterinary Medicine'. Ed. Lea Febiger. Philadelphia. 4a Ed. pp 390.

FRANK, E. R. (1964). 'Veterinary Surgery Notes'. 2• Ed. Burgess Publishing Co., Mineapolls. pp 180-183.

JUBB, K. V. F. and KENNEDY, P. C. (1970). 'Pathology of Domestic Animals'. Academic Press, Vol. 1 pp: 90-91.

PEYTON, L. C.; CONNELLY, M. B. (1983). 'Evaluation of quantitative bacterial counts as an aid in the treatment of wounds in the horse'. Equine Vet. Journal 15 (3): 251252.