Introducción

La diarrea del ternero es una de las principales patologías que atacan al bovino recién nacido y las causas más frecuentes son de origen infeccioso y alimentario. Entre las primeras están Escherichia coli, rotavirus y coronavirus. (Contrepois y Gouet, 1983; Chantal et al. 1984, Smith et al. 1988). Los agentes anteriormente señalados pueden actuar separadamente o en conjunto, en esta última forma producen un cuadro clínico más agudo (Bachman, 1983, Contrepois y Gouet, 1983).

Escherichia coli, para que produzca el cuadro de diarrea en el ternero debe reunir las características propias de las cepas enterotoxigénicas, que son la de producir enterotoxina y la de poseer el antígeno de adhesión o factor de adhesión; en el bovino, el más importante es el K99 (Tzipori, 1985). E. coli produce dos tipos de toxina, la termolábil (LT) y la termoestable (ST), que es la descrita en el bovino. La toxina (ST) es de naturaleza protéica, de un peso molecular de 2000 D y soluble en metanol (STa) (Dubourgier et al. 1980; Tzipori, 1985).

El factor de adhesión está dado por antígenos de superficie y es de naturaleza protéica, el más importante en el bovino es el K99, existiendo otras de menor importancia como son el F41 y FY. Estos elementos fijan la bacteria en sitios específicos del enterotocito. Posteriormente se produce la colonización de E. coli en el intestino delgado (Girardeu et al., 1980, Moon et al., 1980, Moon et al., 1980; Tzipori, 1985).

STa. actuaría activando la enzima guanilato ciclasa, que produciría un incremento de GMPc; al mismo tiempo aumentaría el ión calcio intracelular; además de aumentar la producción de ácido araquidónico, el cual actúa como sustrato para síntesis de prostaglandina (Acres, 1983). Todos los mecanismos anteriores producen un aumento de la secreción intestinal, con incremento de las concentraciones de sodio, cloro, bicarbonato y agua en el lumen intestinal (Contrepois y Gouet, 1983).

Escherichia coli produce un cuadro diarreico caracterizado por la emisión de fecas líquidas muy frecuentes, de mal olor, de un color café pálido. Se produce disminución o supresión del apetito; la deshidratación se produce rápidamente, llegando a alcanzar grados avanzados caracterizados por endoftalmia, extremidades frías, aplanamiento de la vena yugular, lo que conduce al schock hipovolémico y muerte de animal (Vallet, 1983; Chantal et al., 1984; Campero y Odeón, 1986).

En la prevención de la enfermedad, la medida más importante es asegurar que el ternero ingiera calostro a su debido tiempo y en dosis adecuada. Un consumo de 1 a 2 litros durante las primeras cuatro o seis horas, en un equivalente al 10% del peso del ternero, dentro de las primeras 25 horas estaría asegurando la protección del animal a la infección por E. coli.

La presente comunicación forma parte de los estudios que están realizando en el Proyecto de Investigación, Fondecyt sobre Diarrea Infecciosa del Ternero: I. Escherichia coli. El objetivo de esta publicación es entregar algunos antecedentes, de los efectos que puede causar la infección por E. coli K99+ en un ternero que ha sido privado del consumo de calostro.

Materiales y métodos

El animal de experimentación es un ternero macho, Holando Americano, nacido de parto normal proveniente de un plantel de buenas condiciones de manejo y sanitarias, de un peso al nacimiento de 26,5 kilos; el cual forma parte de un grupo de terneros de experimentación privados de calostro, a los cuales no se les efectúa tratamiento para la diarrea. El ternero es mantenido en jaula individual bajo estrictas medidas sanitarias con un régimen de alimentación desde el nacimiento hasta los 2 meses de edad en base a sustituto lácteo, 200 g diluido en 2 litros. de agua, a 37 ° C, mañana y tarde más una mezcla de concentrado de iniciación, tres partes, mezclados con heno picado una parte y de consumo a voluntad.

INOCULACIÓN. La cepa de E. coli K99+   utilizada en la inoculación del ternero había sido previamente aislada de un animal diarreico; utilizándose medios bacteriológicos corrientes y específicos para E. coli K99+  (Smith et al., 1988). De igual modo se comprobó la enterotoxegenicidad  de la cepa, mediante el método de asa ligada en ternero (Myers, et al., 1975). Además la determinación del antígeno K99 se realizó por la prueba de aglutinación en placa (Smith et al.,1988).

La cepa inoculada fue cultivada en Caldo Soya - Tripticasa (TSB), por 18 horas a 37°C, luego se reincubó en TSB por 5 horas a 37°C. La dosis inoculada oralmente fue 1 x 1010 UFC, a las 24 horas de nacido.

EXAMEN CLÍNICO. Al animal se le realizó examen clínico completo al momento del nacimiento y previo a la inoculación incluyendo signos vitales, aspectos general y sistémico además de peso del animal. En el momento del nacimiento se efectuó desinfección del cordón umbilical. Posterior a la inoculación se efectuaron 2 exámenes diarios a las 9:00 A. M. y 16:00 horas hasta los 30 días de vida; posteriormente se realiza un examen diario hasta los 180 días de edad.

EXAMEN HEMATOLÓGICO.   Junto con el examen clínico se tomaron muestras de sangre para hemograma, previo a la inoculación y posterior a ésta; estas últimas cada 12 horas por 48 horas; cada 24 horas por 7 días; una vez a la semana por 3 veces y posteriormente 1 vez al mes. Las muestras de sangre se obtuvieron por venipuntura yugular con EDTA*, determinándose: Hemoglobina por el método de la cianometahemoglobina, volumen globular aglomerado por microhematocrito, leucocitos totales por hemocitómetro; cuenta diferencial de leucocitos en un frontis teñido con Giemsa, además de proteína plasmática total por refractometría y fibrinógeno por este mismo método de acuerdo a lo descrito por Schalm et a l., (1975).

EXAMEN MICROBIOLOGICO. Iniciado el cuadro diarreico se obtuvieron muestras fecales para la determinación de Escherichia coli K99+ y rotavirus. De igual modo se realizaron examen parasitarios para detectar la presencia de Cryptosporidium.

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 *  Etilen diamino tetra-acético - Merck - Darms. Lab. Alemania

Resultados y discusión

El animal inició el cuadro clínico con los signos de diarrea a las 3,5 horas posterior a la inoculación; ésta fue de característica líquida, de color café claro, de mal olor y muy frecuentes, manteniéndose en este estado por 72 horas; a las 24 horas post inoculación, las fecas presentaron estrías sanguinolentas. El animal manifestó una intensa depresión con supresión del apetito por 24 horas; presencia de secreción nasal serosa, epífora y respiración agitada. Los signos vitales fueron de temperatura de 40,2°C, frecuencia cardíaca de 168 x min. y una frecuencia respiratoria de 64 x min. El examen microbiológico de las fecas a las 12 horas de comenzado el cuadro diarreico, resultó positivo a E. coli K99+ y negativo a rotavirus. Los exámenes para la detección de Cryptosporidium fueron negativos.

El animal, durante las 24 horas post inoculación, sólo recibió una mezcla de suero polifonico y suero glucosado al 5% en cantidades iguales, en forma oral durante el horario de alimentación.

La alimentación normal se restituyó paulatinamente según el curso del cuadro diarreico.

El tiempo de presentación en la diarrea coincide con lo descrito por Prieels et al., (1989), quienes observaron el cuadro dentro de las 24 horas de la inoculación. Otros autores, (Contrepois y Gouet, 1983), señalan que una dosis de inoculación de 1010 E. coli K99+, St+, dosis semejante a la inoculada en esta experiencia, la muerte del animal se produjo entre las 24 y 48 horas postinóculo.

Durante las primeras 7 semanas de vida, el ternero ha presentado variados cuadros patológicos, además de la diarrea experimental. Así, a las 24 horas post-inocuiación se presentó un hipopion del ojo derecho, acompañado de una intensa conjuntivitis; las lesiones involucionaron en un lapso de 20 días; el tratamiento realizado fue a base de colirio de antibióticos.

A los 11 días post-inoculación se produjo nuevamente un cuadro diarreico con fecas semi líquidas. Esta afección se mantuvo por 10 días. Al examen microbiológico de las fecas no se detectaron bacterias potencialmente patógenas ni rotavirus. El examen parasitario igualmente fue negativo. En esta oportunidad el ternero fue tratado con antibiótico y sales hidratantes.

Veinte y seis días post-inoculación comenzó un aumento de volumen de la región del Inoculación experimental de Escherichia Coli K99+. Variaciones leucocitos totales carpo en forma bilateral, con dolor a la presión, flexión y extensión observándose gran dificultad en la deambulación, como así mismo para echarse y ponerse de pié. Se diagnosticó una artritis del carpo bilateral (Fig 1)

Actualmente el paciente (7 semanas de vida), no manifiesta signos de dolor y camina sin mayor dificultad. Coexiste con el cuadro articular una leve retracción de los tendones flexores de la región. El paciente fue sometido a tratamiento con antiinflamatorio no esteroidal.

Respecto a las variaciones del hemograma (Figs. 2 y 3), es necesario acotar en primer lugar que el leucograma del primer día de vida presenta una cuenta total de leucocitos y de neutrófilos bajo lo estimado como lo habitual por Schalm et al., (1975) ya que él reporta niveles de leucocitos de 9.623 ± 3.463 ul con neutrófilos de 4.869 ul lo que atribuye a un posible estres del parto.

El día 0 en el leucograma (9:00 hrs. A.M.), previo al inoculo la cantidad total y su distribución se enmarca dentro del rango estimado como normal para la especie, para ese período; presentando luego un incremento de leucocitos y neutrófilos de grado variable. Se presenta una desviación a la izquierda leve, que a las 72 horas postinóculo pasa a ser regular, lo que se estabiliza ya al cuarto día post inóculo. Es precisamente a las 72 horas post inoculación, donde el leucograma presenta mayor variación, ya que incluso algunos de los neutráfilos y precursores presentan características morfológicas tóxicas (Fig. N° 3).

En relación a la serie roja, ésta no manifestó variaciones en los parámetros medidos, observándose que el volumen globular aglomerado, varió entre un 20 y un 25%.

Respecto a las proteínas totales, estas variaron entre 4,5 g/dl el día del nacimiento hasta 5,9 g/dl en el cuarto día post-inóculo, para restablecer valores de 4,8 g/dl el día 26 post-inóculo; ésto podría ser atribuido al proceso gastroentérico concomitante que sufrió el animal en este período. En cuanto al fibrinógeno, éste varió de 0,2 g/dl el día del nacimiento hasta 1,2 g/dl el día sexto post-inoculación, siendo este incremento atribuido en parte a la deshidratación producto del proceso en curso y parte de él al proceso inflamatorio que se ubica en el tracto entérico.

Recientemente, (7 semanas de vida) el ternero está presentando una estomatitis caracterizada por gran congestión de la mucosa bucal con dolor y aumento de volumen, lo que ha producido una menor ingesta de alimentos sólidos. El paciente está siendo sometido a tratamiento local y general.

Referente a la ganancia de peso que ha obtenido el ternero, durante las primeras 7 semanas de vida, éste ha sido mínimo; actualmente el animal pesa 32,4 k, lo que representa un aumento de peso de 7,5 k.

El caso experimental descrito muestra fielmente las consecuencias que podría acarrear la falta de ingesta de calostro en el recién nacido, al enfrentarse una infección por Escherichia coli K99-1. Esto se ha traducido en un escaso desarrollo corporal por sucesivos cuadros patológicos que han menoscabado la condición física del animal. Sin embargo, no es posible obtener conclusiones definitivas por tratarse de sólo un animal, con las consiguientes variaciones individuales.

Figura 2 Inoculación experimental de Escherichia Coli K99+. Variaciones leucositos totales

Figura 3 Inoculación experimental de Escherichia Coli K99+ Variaciones Leucograma pos inóculo.

Agradecimientos

Los autores agradecen a la profesora Texia Gorman G., por su valiosa colaboración en los exámenes parasitarios.

Bibliografía

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